martes, 13 de noviembre de 2007

Cáncer de los ovarios

Definición

Comienza en los ovarios, los órganos reproductores femeninos que producen los óvulos.

Causas, incidencia y factores de riesgo

Una mujer tiene 1 posibilidad en 67 de desarrollar cáncer ovárico. Su causa se desconoce, es el quinto cáncer más común entre las mujeres, y provoca más muertes que cualquier otro cáncer del sistema reproductor.
El riesgo de sufrir cáncer ovárico parece estar afectado por varios factores. Cuanto más hijos tenga una mujer y cuanto antes haya dado a luz, menor riesgo tendrá de este tipo de cáncer. Igualmente, ciertos genes (BRCA1 y BRCA2) son responsables de un pequeño número de casos de cáncer ovárico. Las mujeres con antecedentes personales de cáncer de mama o antecedentes familiares de cáncer de mama o cáncer de ovarios también pueden estar en alto riesgo de sufrir este tipo de cáncer.
Las drogas para la fertilidad se asocian a mayor posibilidad de cáncer ovárico, aunque esto es objeto de continuo debate.
Los vínculos entre el cáncer ovárico y el uso de talco, exposición a los asbestos, dieta alta en grasas y la infección de paperas en la infancia causan controversia y definitivamente no han sido comprobados.
Las mujeres mayores tienen el riesgo más alto. De hecho, cerca de dos tercios de las muertes por cáncer ovárico ocurren en mujeres de 55 años o más y alrededor del 25% de las muertes por este tipo de cáncer se presentan en mujeres entre los 35 y los 54 años de edad.
Los síntomas del cáncer ovárico son con frecuencia vagos e inespecíficos, razón por la cual las mujeres y los médicos generalmente los atribuyen a otras afecciones más comunes. Para el momento en que el cáncer es diagnosticado, el tumor a menudo se ha diseminado mas allá de los ovarios.

Síntomas

Sensación de pesadez pélvica
Malestar abdominal bajo y vago
Sangrado vaginal
Pérdida o aumento de peso
Ciclos menstruales anormales
Dolor de espalda inexplicable que empeora con el tiempo
Aumento en la circunferencia abdominal
Síntomas gastrointestinales inespecíficos:
aumento de gases
indigestión
pérdida del apetito
náuseas y vómitos
incapacidad para ingerir las cantidades acostumbradas de alimento
distensión
Los síntomas adicionales que pueden estar relacionados con esta enfermedad son:
Aumento de la urgencia o frecuencia urinaria
Hirsutismo

Signos y exámenes

El examen físico puede revelar un aumento del diámetro abdominal y ascitis (líquido dentro de la cavidad abdominal). El examen de la pelvis puede revelar una masa abdominal o en el ovario.
Los exámenes comprenden:
CSC
Análisis bioquímico de la sangre
CA125
GCH sérica cuantitativa (prueba de embarazo en la sangre)
Alfa fetoproteína
Análisis de orina
Tránsito esofagogastroduodenal
Laparotomía exploratoria
Ecografía
TC del abdomen o una IRM del abdomen


Tratamiento

Tome tiempo para evaluar las opciones de tratamiento. Ante algo que no entienda, pida que se lo expliquen. Los tratamientos que seleccione dependen en gran medida del tipo de cáncer y de la etapa de la enfermedad. Es posible que no se sepa la etapa exacta del cáncer de aquellas pacientes que no se sometieron a cirugía como primer tratamiento. En estos casos el tratamiento se basa en otra información que esté disponible.

Entre los otros factores que podrían influir en la selección del mejor plan de tratamiento podría incluir su estado general de salud, si planea tener hijos y otras consideraciones personales. La edad, por sí sola, no es un factor determinante (las mujeres de mayor edad toleran bien los tratamientos contra el cáncer del ovario). Asegúrese de conocer todos los riesgos y efectos secundarios de las diversas terapias antes de tomar una decisión acerca del tratamiento.

Los tratamientos principales contra el cáncer del ovario son la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. En algunos casos, se podrían recomendar dos o incluso todos estos tratamientos.

Cirugía

Es el tratamiento preferido y con frecuencia es necesaria para obtener el diagnóstico del cáncer ovárico.

La extensión de la cirugía depende de qué tanto se ha propagado su cáncer y de su estado general de salud. En los casos de aquellas mujeres en edad fértil que tienen ciertos tipos de tumores y el cáncer se encuentra en la etapa más inicial, puede que sea posible tratar la enfermedad sin extirpar ambos ovarios ni el útero.

Clasificación por etapas

La cirugía para el cáncer del ovario tiene dos objetivos principales. El primer objetivo es clasificar el cáncer por etapas (para ver cuán lejos el cáncer se ha propagado del ovario). Por lo general, esto significa extirpar el útero (la operación se conoce como histerectomía), ambos ovarios y ambas trompas de Falopio (cuando los ovarios y las trompas de Falopio son extirpados la operación se conoce como salpingo-ooforectomía bilateral). Además, se extirpa el omento (una omentectomía). El omento es una capa de tejido adiposo que cubre los contenidos abdominales como un delantal, y el cáncer del ovario algunas veces se propaga a este tejido. Algunos ganglios linfáticos en la pelvis y el abdomen son extraídos para ver si contienen cáncer propagado desde el ovario. Si hay líquido en la pelvis o la cavidad abdominal, también se extraerá para análisis. El cirujano puede “lavar” la cavidad abdominal usando agua con sal (salina) y luego enviar ese líquido al laboratorio para análisis. Todas las muestras de tejido y líquidos tomadas durante la operación se envían a un laboratorio para determinar si hay células cancerosas. La clasificación por etapas es muy importante debido a que los cánceres del ovario en etapas diferentes son tratados de manera diferente. Si no se determina correctamente la etapa del cáncer, el médico puede que no administre el tratamiento adecuado.

Exéresis máxima

El otro objetivo importante de la cirugía consiste en remover tanto tumor como sea posible (exéresis máxima). La exéresis máxima es muy importante para cualquier paciente con cáncer del ovario que ya se ha propagado ampliamente a través del abdomen al momento de la cirugía. La exéresis máxima va dirigida a no dejar ningún tumor que mida más de 1cm. Las pacientes que se han sometido a una exéresis máxima tienen un mejor pronóstico que aquellas a quienes se les dejaron tumores más grandes después de la cirugía.

Es importante que su cirujano tenga experiencia en cirugía de cáncer del ovario. Muchos ginecólogos y cirujanos no están entrenados para determinar la etapa del cáncer o realizar los procedimientos de la exéresis máxima que son necesarios para el tratamiento del cáncer del ovario. Por esta razón, los expertos recomiendan que las pacientes consulten con un ginecólogo oncólogo sobre la cirugía. Los ginecólogos oncólogos son especialistas que tienen la capacitación y la experiencia para tratar el cáncer del ovario, y saben cómo clasificar por etapas y hacer la exéresis máxima adecuadamente. Las mujeres con cáncer del ovario que no se someten a la cirugía correcta al principio puede que necesiten regresar posteriormente al quirófano (sala de operaciones) para más cirugía con el fin de clasificar el cáncer por etapas y hacer la exéresis máxima.

Si le extirpan ambos ovarios, el útero, o ambos, significa que no podrá quedar embarazada. También significa que entrará en la menopausia, si aún no se le ha presentado. La mayoría de las mujeres se quedan en el hospital por tres a siete días después de la cirugía y pueden reanudar sus actividades usuales en cuatro a seis semanas.

Quimioterapia

Puede ser por inyección en la vena (IV) o administrarse por vía oral. Estos medicamentos entran en el torrente sanguíneo y alcanzan todas las áreas del cuerpo, siendo potencialmente útiles contra el cáncer que se ha propagado a órganos distantes. Para algunos casos de cáncer del ovario, la quimioterapia se puede inyectar a través de un catéter directamente en la cavidad abdominal. A esto se le llama quimioterapia intraperitoneal (IP). Los medicamentos que se administran de esta manera también se absorben en el torrente sanguíneo, por lo que la quimioterapia IP también es un tipo de quimioterapia sistémica. Remítase a la información que aparece más adelante para más información.

Los medicamentos de quimioterapia destruyen las células cancerosas, pero también causan daños a las células normales. Por lo tanto, su médico debe prestarse mucha atención para evitar o minimizar los efectos secundarios, los cuales dependen del tipo de medicamentos, la cantidad que se administre y la duración del tratamiento.

Los efectos secundarios temporales podrían incluir náuseas y vómitos, pérdida del apetito, caída del cabello, erupciones en las manos y los pies y llagas en la boca. Algunos de los medicamentos usados para el tratamiento del cáncer del ovario pueden causar daños en los riñones y en los nervios.

Debido a que la quimioterapia puede dañar las células hematopoyéticas de la médula ósea, es posible que las pacientes presenten cuentas bajas de células sanguíneas. Esto puede resultar en:

  • Mayores probabilidades de infección (causado por la escasez de glóbulos blancos).
  • Pérdida de sangre o hematomas después de cortaduras o lesiones menores (causado por la escasez de plaquetas).
  • Cansancio (causado por los bajos niveles de glóbulos rojos).
La mayoría de los efectos secundarios desaparece cuando se interrumpe el tratamiento. El cabello volverá a crecer después de que finalice el tratamiento, aunque podría tener una apariencia distinta a la anterior. Existen varios remedios para muchos de los efectos secundarios temporales de la quimioterapia. Por ejemplo, existen medicamentos muy eficaces que se pueden administrar para prevenir y tratar las náuseas y los vómitos.

Los efectos secundarios que podrían ser permanentes incluyen la menopausia prematura y la esterilidad (no poder quedar embarazada).

En raras ocasiones, algunos medicamentos contra el cáncer podrían causar leucemia mieloide aguda, un tipo de cáncer de los glóbulos blancos que pone en peligro la vida. A esto se le llama cáncer secundario. Su equipo de atención del cáncer sabe cuáles medicamentos pueden ocasionar estos problemas y hablará con usted sobre esta posibilidad. Los posibles beneficios que estos medicamentos ofrecen para tratar el cáncer del ovario compensan las pocas probabilidades de que uno de éstos ocasione leucemia.

El tratamiento típico con quimioterapia contra el cáncer ovárico epitelial consiste en seis ciclos. Un ciclo es un programa en el que se suministran dosis regulares de un medicamento, seguidas de un período de descanso. Los ciclos varían según los distintos medicamentos; su oncólogo (el médico especialista en cáncer) es el que receta el ciclo o programa específico para su quimioterapia.

Generalmente estos medicamentos se administran por vía intravenosa en un ciclo de tres a cuatro semanas. Si se selecciona un tratamiento con quimioterapia, probablemente recibirá una combinación de medicamentos. La mayoría de los oncólogos de Estados Unidos cree que la quimioterapia de combinación es más eficaz en el tratamiento del cáncer del ovario que solamente un medicamento.

El método estándar es la terapia combinada en que se usa un compuesto de platino, tal como el cisplatino (cisplatino, neoplatin, placis) o carboplatino (paraplatin, platinwas) , y un taxano, como el paclitaxel (Taxol ®, Paxene ®) o docetaxel (Taxotere ®). Para la quimioterapia que se administra por vía intravenosa, la mayoría de los médicos favorecen el carboplatino en vez del cisplatino, ya que causa menos efectos secundarios y es igual de eficaz.

Los medicamentos de la quimioterapia intraperitoneal (IP) son inyectados a la cavidad abdominal a través de un tubo delgado o catéter. El tubo se puede colocar durante la cirugía que se hace para determinar la etapa del cáncer o la exéresis máxima, aunque algunas veces se coloca en una fecha posterior, después de la cirugía. Si se hace después de la cirugía, muchos médicos lo colocan usando un laparoscopio. Por lo general, el catéter se conecta a un “puerto”, el cual se coloca debajo de la piel contra una estructura con hueso de la pared abdominal, como una costilla o hueso pélvico. Un puerto es un disco del tamaño de medio dólar cubierto por encima con un diafragma flexible. Se coloca una aguja a través de la piel y el diafragma para administrar medicamentos, como la quimioterapia. Con el tiempo, puede haber problemas con el catéter, ya que se puede tapar, infectar o incluso causar daño al intestino.

Administrar quimioterapia de esta manera tiene la ventaja de recibir una dosis concentrada de quimioterapia a las células cancerosas en el revestimiento abdominal. Los medicamentos de quimioterapia que se administran de esta manera también son absorbidos por el torrente sanguíneo y alcanzan las células cancerosas que están fuera de la cavidad abdominal. La quimioterapia IP funciona mejor, pero los efectos secundarios que se presentan pueden ser más graves que con la quimioterapia regular. En estudios recientes que incluyeron mujeres con cáncer del ovario avanzado, aquellas que recibieron quimioterapia IP presentaron más dolor abdominal, náusea, vómitos, y otros efectos secundarios en comparación con las mujeres que recibieron quimioterapia por vía intravenosa. Los efectos secundarios en realidad hacen que algunas mujeres suspendan el tratamiento antes de completarlo. Aún así, las mujeres que reciben quimioterapia intraperitoneal vivieron por más tiempo que las mujeres que recibieron quimioterapia regular. Actualmente, la quimioterapia IP sólo se administra a algunas mujeres con cáncer avanzado.

Aunque el cáncer ovárico epitelial tiende a reaccionar ante la quimioterapia, con el tiempo las células podrían empezar a crecer otra vez. La recurrencia de tumores se puede tratar con ciclos adicionales de la misma quimioterapia que se utilizó al inicio. En algunos casos, se usan medicamentos diferentes, como topotecán, antraciclinas tales como doxorrubicina y doxorrubicina liposomal (Caelyx, Myocet) , gemcitabina (gemzar), ciclofosfamida, vinorelbine (Navelbine), hexametilmelamina, ifosfamida (tronoxal) y etopósido.

A menudo se usan distintas combinaciones de medicamentos para tratar los tumores de células germinales, las cuales se describen en la sección sobre el tratamiento de este tipo de tumores.


Radioterapia

La radioterapia usa rayos X de alta energía para destruir las células cancerosas. Estos rayos X se pueden administrar en un procedimiento que es muy parecido a la radiografía diagnóstica. En el pasado, la radiación se usaba con más frecuencia, pero en la actualidad se usa raramente en este país como tratamiento principal del cáncer del ovario (casi no se usa para tratar el cáncer ovárico).

Radioterapia de rayos externos: en este procedimiento una máquina, llamada acelerador linear, ubicada fuera del cuerpo emite la radiación enfocada en el cáncer. Este tipo de radioterapia se recomienda para tratar el cáncer del ovario. Los tratamientos se administran cinco días a la semana por varias semanas. Cada tratamiento sólo dura unos minutos y es similar a una radiografía diagnóstica. Al igual que las radiografías diagnósticas, la radiación pasa a través de la piel y de otros tejidos antes de llegar al tumor. La exposición real a la radiación es muy corta, y la mayor parte del tiempo de la cita se usa para colocar con precisión al paciente, a fin de que la radiación sea dirigida exactamente al cáncer.

Durante el curso de la radioterapia de rayos externos, es posible que la piel del área tratada parezca y se sienta como quemada por el sol. Esto gradualmente desaparece y la apariencia normal se recupera en un lapso de seis a 12 meses. Como el abdomen y la pelvis son sensibles a la radiación, muchas mujeres también experimentan cansancio, náuseas o diarrea. Si usted experimenta efectos secundarios ocasionados por la radiación, discútalos con el equipo que atiende su cáncer. Existen cosas que puede hacer para obtener alivio.

Braquiterapia: la radioterapia también puede administrarse en forma de implante de materiales radiactivos, denominada braquiterapia, que se coloca junto al tumor. Este método casi nunca se usa para tratar el cáncer del ovario.

Fósforo radiactivo: ésta es una solución de fósforo radiactivo que se coloca en el abdomen. El fósforo radiactivo llega hasta las células cancerosas que cubren la superficie del abdomen y las destruye. Tiene pocos efectos secundarios inmediatos, aunque puede causar deformidad del intestino y algunos problemas digestivos, incluyendo bloqueo intestinal. Este método se usaba en el pasado, pero ya no es parte del tratamiento convencional para el cáncer del ovario.


¿Qué son los estudios clínicos?

Los estudios clínicos son investigaciones cuidadosamente controladas que se realizan con pacientes, y prueban si un tratamiento nuevo es seguro y qué tan eficaz es en un paciente, o pueden probar maneras nuevas de diagnosticar o prevenir una enfermedad. Los estudios clínicos suelen derivar en muchos avances en la prevención, diagnóstico y tratamiento contra el cáncer.


Terapias complementarias y alternativas

Cuando padece cáncer, es posible que escuche maneras de tratar esta enfermedad o de aliviar los síntomas que son diferentes del tratamiento médico convencional (estándar). Estos tratamientos pueden incluir vitaminas, hierbas y dietas especiales, o métodos como acupuntura y masaje, entre muchos otros. Es posible que tenga muchas preguntas sobre estos tratamientos. A continuación se listan algunas en las que posiblemente ya haya pensado:


  • ¿Cómo sé si un tratamiento no estándar es seguro?
  • ¿Cómo sé si es eficaz?
  • ¿Debo tratar uno o más de estos tratamientos?
  • ¿Qué sabe o piensa mi médico sobre estos tratamientos? ¿Debo decir a mi médico que estoy pensando tratarlos?
  • ¿Causarán estos tratamientos un problema con mi tratamiento médico estándar?
  • ¿Cuál es la diferencia entre tratamientos “complementarios” y “alternativos”?
  • ¿Dónde puedo encontrar más información sobre estos tratamientos?
Términos que pueden ser confusos

No todas las personas usan estos términos de la misma manera, lo cual puede crear confusión. La Sociedad Americana del Cáncer utiliza el término complementario para referirse a medicinas o métodos que se usan junto con la atención médica regular. La medicina alternativa es un tratamiento que se usa en lugar del tratamiento médico estándar.

Métodos complementarios: en su mayor parte los métodos de los tratamientos complementarios no se presentan como curas del cáncer. Con mayor frecuencia se usan para ayudarle a sentirse mejor. Algunos métodos que se pueden usar de manera complementaria son la meditación para reducir el estrés, la acupuntura para aliviar el dolor o el té de menta para aliviar las náuseas. Existen muchos otros. Se sabe que algunos métodos ayudan, pero otros no se han probado. Se ha comprobado que algunos de ellos no son útiles, y se ha descubierto que unos pocos son perjudiciales. Sin embargo, algunos de estos métodos pueden aumentar su comodidad y bienestar.

Existen muchos métodos complementarios que puede usar con seguridad junto con su tratamiento médico para ayudar a aliviar los síntomas o los efectos secundarios, aliviar el dolor o ayudarle a disfrutar más la vida. Por ejemplo, algunas personas descubren que algunos métodos como la aromaterapia, la terapia con masaje, la meditación o el yoga les son de utilidad.

Tratamientos alternativos: los tratamientos alternativos son aquellos que se usan en lugar de la atención médica estándar. No se ha comprobado que estos tratamientos sean seguros ni efectivos mediante estudios clínicos. Algunos de estos métodos hasta pueden ser peligrosos o tener efectos secundarios potencialmente mortales. En la mayoría de los casos el mayor peligro es que se puede perder la oportunidad de beneficiarse de un tratamiento estándar. Las demoras o las interrupciones en su tratamiento médico convencional puede dar al cáncer más tiempo para crecer.


Cómo decidir qué hacer

Es fácil entender por qué las personas con cáncer pueden considerar métodos alternativos. Quieren hacer todo lo posible por combatir el cáncer. Algunas veces los tratamientos convencionales como la quimioterapia pueden ser difíciles de tolerar, o tal vez ya no surtan efecto.

Algunas veces las personas sugieren que su método puede curar su cáncer sin producirle efectos secundarios, y es normal que desee creer en ellos. Pero la verdad es que la mayoría de los métodos no estándar no se han estudiado ni se ha comprobado su eficacia contra el cáncer.

Al considerar sus opciones, hay tres pasos importantes que puede tomar:


  • Hable con su médico o enfermera sobre cualquier método que esté pensando usar.
  • Revise la lista de “signos de advertencia” que aparece a continuación.
  • Comuníquese con la Sociedad Americana del Cáncer al teléfono 1-800-ACS-2345 (1-800-227-2345) para aprender más sobre métodos complementarios o alternativos en general y para aprender más sobre los métodos que está considerando.

Signos de advertencia

Puede utilizar las siguientes preguntas para determinar los tratamientos o los métodos que debe evitar. Una respuesta afirmativa a cualquiera de las siguientes preguntas es un signo de advertencia.


  • ¿Promete el tratamiento una cura para todos o casi todos los tipos de cáncer?
  • ¿Se le dice que no use un tratamiento médico estándar?
  • ¿Es el tratamiento o medicamento un “secreto” que sólo ciertas personas pueden dar?
  • ¿Requiere el tratamiento que viaje a otro país?
  • ¿Atacan los promotores a la comunidad médica o científica?
¡Es su decisión!

Las decisiones sobre cómo tratar o manejar su cáncer siempre serán suyas. Si está pensando en usar un método complementario o alternativo, asegúrese de aprender sobre él y hablar con su médico sobre él. Al contar con información fidedigna y el apoyo del equipo de profesionales que atiende su salud, usted podría utilizar con seguridad los métodos que le pueden ayudar mientras evita aquellos que podrían ser perjudiciales.


Tratamiento contra el cáncer ovárico epitelial invasivo según la etapa

Etapa I: el primer paso para tratar la etapa I del cáncer del ovario consiste en cirugía para clasificar por etapas el cáncer y extirpar el tumor (remítase a la sección "Cirugía" para más detalles).

En las etapas IA y IB (T1a o T1b, N0, M0), se encontró cáncer en uno o ambos ovarios, sin propagación a los ganglios linfáticos u otros órganos. El tratamiento después de la cirugía depende de la manera en que el cáncer luce bajo el microscopio (llamado grado del tumor).
Si el tumor es de grado 1, las células cancerosas se parecen mucho a las células normales del ovario. El pronóstico es bueno para los tumores de grado 1, y no se necesita tratamiento después de la cirugía en la mayoría de las pacientes. Si una mujer con cáncer del ovario de grado 1, en etapa IA, quiere poder tener hijos después del tratamiento, se puede cambiar la cirugía inicial. En lugar de extirpar el útero, ambos ovarios y ambas trompas de Falopio, el cirujano puede ofrecer la opción de extirpar sólo el ovario y la trompa de Falopio afectados.

Para el cáncer de grado 2 (el cáncer tiene algo de similitud con las células normales del ovario), las pacientes son observadas cuidadosamente después de la cirugía sin tratamiento adicional, o son tratadas con quimioterapia. La quimioterapia que se utiliza con más frecuencia consiste en carboplatino y paclitaxel (Taxol) por tres a seis ciclos.

Los cánceres de grado 3 no se parecen mucho al tejido normal del ovario que se observa bajo el microscopio. El tratamiento de estos tumores usualmente incluye quimioterapia (como la quimioterapia que se administra para el grado 2).

Etapa IC (T1c, N0, M0): para el cáncer del ovario en etapa IC, la cirugía convencional para clasificar la etapa sigue siendo el primer tratamiento. Después de la cirugía, se recomienda la quimioterapia, usualmente tres a seis cursos de tratamiento con carboplatino y paclitaxel.

Etapa II (incluyendo IIA, IIB, IIC): para todos los cánceres en etapa II, el tratamiento comienza con cirugía para clasificar la etapa y para hacer la exéresis máxima (remítase a la sección “Cirugía” para más detalles). El cirujano tratará de remover tanto tumor en la pelvis como sea posible.

Después de la cirugía, se recomienda quimioterapia al menos por seis ciclos. Algunas mujeres con cáncer del ovario en etapa II son tratadas con quimioterapia intraperitoneal (IP) en lugar de quimioterapia intravenosa (IV).

Etapa III o IV: a los cánceres en etapa IIIA, IIIB y IIIC se les administra el mismo tratamiento que se ofrece a los cánceres en etapa II. Primero, el cáncer se clasifica por etapa mediante cirugía y se reduce el tamaño del tumor (como en etapa II). Se extirpa el útero, las trompas de Falopio, ambos ovarios y el omento (tejido adiposo de la parte superior del abdomen cercana al estómago y los intestinos). El cirujano también tratará de remover tanto cáncer como sea posible. El objetivo es que no quede ningún tumor que mida más de 1 cm. Cuando se logra este objetivo, se dice que el tamaño del tumor ha sido reducido óptimamente. Algunas veces, el tumor está creciendo en los intestinos, y para extirpar el cáncer, será necesario remover parte del intestino. Entre más pequeño quede el tumor, mejor será el pronóstico.

Después de la recuperación de la cirugía, se usa una combinación de quimioterapia. La combinación más utilizada es carboplatino (o cisplatino) y un taxano, como paclitaxel (Taxol®), administrada por vía intravenosa por seis ciclos.

Otra opción consiste en administrar quimioterapia intraperitoneal (IP) después de la cirugía (en lugar de quimioterapia IV). Esto se discutió con más detalles en la sección “Quimioterapia”. Por lo general, la quimioterapia IP sólo se considera si el tamaño del cáncer se redujo óptimamente (puede que no sea tan eficaz si queda mucho del tumor en el abdomen). La quimioterapia intraperitoneal parece funciona mejor que la quimioterapia IV (por vena), pero también empeora los efectos secundarios. Estos efectos secundarios pueden hacer difícil que una persona continúe con su tratamiento. Por esta razón, la quimioterapia IP no es apropiada para todos los pacientes. Aún así, es una opción a considerar para las mujeres con cáncer del ovario avanzado.

Después de la cirugía, durante la quimioterapia, y después de ésta, se realizan análisis de sangre para determinar si usted tiene niveles normales del marcador tumoral denominado CA-125.

En el pasado, muchos expertos recomendaban una segunda operación exploratoria (laparoscopia/laparotomía) para ver si el cáncer desapareció por completo después de la quimioterapia. Sin embargo, esta segunda operación exploratoria no ha mostrado tener ningún beneficio real. Por esto, este tipo de cirugía usualmente no se recomienda como parte de la atención convencional del cáncer del ovario, aunque puede realizarse como parte de un estudio clínico. En un estudio clínico de tratamientos nuevos, podría valer la pena realizar la segunda cirugía exploratoria para ayudar a determinar cuán eficaz es el tratamiento nuevo.

Para realizar una laparoscopia, se hace una pequeña incisión debajo del ombligo, por donde se introduce un tubo delgado que tiene una luz, de manera que el médico pueda examinar la cavidad abdominal para ver qué tanto éxito tuvo el tratamiento.

La laparotomía requiere una incisión o corte quirúrgico lo suficientemente largo como para que el cirujano pueda examinar el interior de la pelvis y el abdomen y tomar muestras para las biopsias. Con base en los resultados de la segunda cirugía exploratoria, su equipo de atención del cáncer puede decidir si es necesario más tratamiento con quimioterapia.

Para algunas pacientes, el médico recomendará algo llamado terapia de consolidación. La terapia de consolidación consiste en tratamiento adicional administrado después de la terapia inicial para ayudar a prevenir recurrencias. Un estudio mostró un beneficio ligero del paclitaxel administrado durante un año adicional. Varios estudios clínicos están investigando el uso de otras terapias como “terapias de consolidación”.

Cáncer recurrente o persistente del ovario: los tumores recurrentes son los que regresan después del tratamiento inicial. Los tumores persistentes son los que nunca desaparecieron, ni siquiera después del tratamiento. El cáncer ovárico epitelial recurre a menudo en un período de meses o años después del tratamiento inicial.

Algunas veces, se recomienda más cirugía. La mayoría de las pacientes con cáncer del ovario recurrente o persistente son tratadas con alguna forma de quimioterapia. El tipo de medicamento de quimioterapia se que use depende de lo que se utilizó la primera vez y cuán bien funcionó (por cuánto tiempo estuvo sin cáncer). Mientras más tiempo transcurra sin que el cáncer regrese después del tratamiento, mejor es la probabilidad de que la quimioterapia adicional surta efecto. Si han transcurrido al menos seis meses sin ninguna quimioterapia, la paciente se puede tratar con carboplatino/paclitaxel (nuevamente). También es una opción administrar carboplatino con un medicamento diferente llamado gemcitabina.

Si el cáncer regresa en menos de seis meses (o si nunca desapareció por completo), por lo general se tratan otros medicamentos diferentes de quimioterapia. Algunas mujeres pueden recibir varios regímenes de quimioterapia diferentes durante varios años. Se pueden usar muchos medicamentos de quimioterapia para tratar el cáncer del ovario. Los medicamentos que se usan contra el cáncer del ovario son: altretamina, bevacizumab, ciclofosfamida, docetaxel, gemcitabina, ifosfamida, irinotecán, doxorrubicina liposomal , melfalán, oxaliplatino, topotecán (hycamtin), y vinorelbina Además, algunas pacientes se benefician del tratamiento hormonal con medicamentos, tal como anastrozol, letrozol, o tamoxifeno. La mujer que no haya recibido inicialmente quimioterapia puede ser tratada con los mismos medicamentos que se usan para un cáncer recién diagnosticado (usualmente con carboplatino y paclitaxel [Taxol]).

Un estudio clínico para tratamientos nuevos puede proveer ventajas importantes para las mujeres con cáncer del ovario recurrente o persistente. Pídale al equipo de profesionales que atiende el cáncer sobre los estudios clínicos adecuados para su tipo de cáncer.

Las altas dosis de quimioterapia con rescate de células madre (algunas veces conocido como trasplante de médula ósea) han sido usadas en mujeres con cáncer del ovario recurrente o persistente. Sin embargo, este tratamiento causa efectos secundarios muy graves, y no se ha probado que ayuda a los pacientes a vivir más tiempo. Resulta mejor hacerlo como parte de un estudio clínico que esté buscando mejorar este procedimiento.

Uno de los problemas más comunes que pueden presentarse en mujeres con cáncer del ovario recurrente consiste en acumulación de líquido en el abdomen (ascitis). El líquido en el abdomen puede ser tratado con un procedimiento llamado paracentesis. Después de anestesiar la piel, se usa una aguja para extraer el líquido, generalmente alrededor de 2-4 cuartos de galón, y se introduce en una botella. A menudo es necesario repetir esta técnica de cuando en cuando. Algunas veces se recomendará inyectar quimioterapia directamente en el abdomen. Todos estos tratamientos pueden prolongar la vida y aliviar los síntomas de algunas pacientes. Sin embargo, a menudo sus efectos son temporales y el cáncer regresa o persiste.

Además, el bloqueo del tracto intestinal puede ser un problema en las mujeres con cáncer del ovario recurrente. El manejo de la obstrucción intestinal podría ser difícil. A menudo, el cáncer en el abdomen ha crecido tanto que la cirugía no puede corregir el problema. Para ayudar a que la paciente se sienta cómoda, los médicos pueden colocar un tubo a través de la piel hasta el estómago, para ayudar a aliviar la obstrucción del tracto digestivo. Este tubo puede ayudar a aliviar el dolor, la náusea y los vómitos.

Tratamiento de tumores epiteliales de bajo potencial maligno

Estos tumores también se denominan tumores LMP, por sus siglas en inglés, tumores atípicos proliferantes o tumores límite. Cuando se observan a través de la ecografía y la CT, estos tumores lucen iguales a los cánceres ováricos epiteliales invasivos. Será necesario realizar una biopsia para saber con certeza que el tumor no es un cáncer ovárico epitelial invasivo. Por lo general, se toma una muestra de biopsia durante la cirugía. La cirugía para los tumores LMP es similar a la cirugía para el cáncer del ovario invasivo (remítase a las secciones previas para información sobre el tratamiento del cáncer del ovario).

Se extirpa el útero, las trompas de Falopio y los ovarios en las mujeres que ya no van a tener hijos. La cirugía para determinar la etapa del cáncer se hace para ver si el tumor se ha propagado fuera del ovario. Esto conlleva extirpar el omento y algunos ganglios linfáticos, así como lavados del abdomen y la pelvis. Si la paciente quiere quedar embarazada en el futuro, se extirpa sólo el ovario que contiene el tumor y la trompa de Falopio de ese lado. En raras ocasiones, sólo se extirpa el quiste ovárico que contiene el tumor. Estos pacientes aún deben someterse a una cirugía para determinar la etapa del cáncer con el fin de ver si el tumor se ha propagado. Si el tumor sólo se encuentra en un ovario, la paciente usualmente se mantiene en observación sin tratamiento adicional. Los expertos recomiendan visitas de seguimiento al menos cada seis meses por los primeros cinco años después del diagnóstico. Por lo general, no se usa quimioterapia y radioterapia como tratamientos iniciales para los tumores que no se han propagado fuera del ovario.

Si el tumor se ha propagado fuera del ovario cuando se diagnosticó inicialmente, el cirujano extirpará tanto tumor como sea posible). El tratamiento después de la cirugía depende de algo llamado invasión. La invasión ocurre cuando una clase de células crece en áreas donde no pertenecen. Parte de lo que hace peligrosa a una célula cancerosa es su capacidad para invadir otros tejidos. Cuando los tumores LMP se propagan, éstos pueden formar implantes tumorales en el revestimiento del abdomen (el peritoneo) y en la superficie de los órganos en el abdomen y la pelvis. Cuando estos implantes están creciendo en el peritoneo o en los órganos, se dice que son invasivos. Si los tumores no crecen en el revestimiento abdominal o en los órganos, se les llama no invasivos.

Las pacientes con propagación no invasiva de un tumor LMP usualmente están en observación sin tratamiento adicional después de la cirugía de exéresis máxima. Si los implantes tumorales son invasivos, entonces se ofrece quimioterapia. La quimioterapia que se administra usualmente es la misma que la usada para el cáncer del ovario invasivo. Se recomienda a menudo la observación para los tumores LMP debido a que crecen muy lentamente e incluso cuando se han propagado pocas veces causan la muerte.

Si el tumor regresa después de la cirugía inicial, se puede considerar más cirugía de exéresis máxima. Además, la quimioterapia y, rara vez, la radioterapia son opciones para los tumores LMP recurrentes.


Tratamiento de tumores de células germinales del ovario

Tumores de células germinales benignos

Las mujeres con tumores de células germinales benignos (no cancerosos), tales como los teratomas maduros (quistes dermoides) se curan mediante la extirpación de la parte del ovario (cistectomía ovárica) que contiene el tumor o del ovario completo.

Tumores de células germinales malignos

Al igual que en los casos de cáncer ovárico epitelial, es buena idea consultar a un ginecólogo oncólogo acerca del tratamiento de los tumores de células germinales malignos, especialmente porque éstos son tan poco comunes. Menos del 5% de todos los casos de cáncer del ovario son de origen de células germinales.

Cirugía: la mayoría de los tipos y etapas de los cánceres del ovario de células germinales son tratados de la misma manera. En general, todas las pacientes con tumores de células germinales malignos tendrán la misma cirugía para determinar la etapa del cáncer que se hace para el cáncer epitelial de los ovarios. Si la paciente sigue interesada en tener hijos, el ovario y la trompa de Falopio del mismo lado que contienen cáncer se extirpan, aunque el útero, el ovario y la trompa de Falopio del otro lado no son removidos. Ésta no es una opción cuando el cáncer está en ambos ovarios. Si la paciente ya tuvo sus hijos, por lo general se recomienda la cirugía completa para determinar la etapa del cáncer, incluyendo extirpación de ambos ovarios, ambas trompas de Falopio y el útero.

Algunas veces, el médico pudiera considerar la extirpación de sólo parte de un ovario para permitirle a una mujer mantener la función ovárica. Aun cuando es necesario extirpar ambos ovarios, es posible que una mujer desee mantener su útero para permitir el embarazo en el futuro a través de fertilización in-vitro. En estos casos, se recomienda obtener asesoría con un ginecólogo oncólogo.

Si el cáncer se ha propagado fuera de los ovarios (etapa IC y mayor) se puede hacer la exéresis máxima como parte de la cirugía inicial. Esto conlleva remover tanto cáncer como sea posible sin dañar o extirpar los órganos esenciales.

Para el disgerminoma en etapa IA y etapa I, teratoma inmaduro grado 1, usualmente la cirugía es el único tratamiento necesario. Las pacientes con estos cánceres de células germinales se observan cuidadosamente después de la cirugía. Se administra quimioterapia a la paciente si el cáncer regresa posteriormente.

Quimioterapia: la mayoría de las pacientes con cáncer de células germinales necesitarán un tratamiento con una combinación de quimioterapia de al menos tres ciclos. La combinación que se usa con más frecuencia se llama PEB (o BEP), e incluye los medicamentos de quimioterapia cisplatino (Platinol), etopósido, y bleomicina. Los disgerminomas por lo general son muy sensibles a la quimioterapia, y algunas veces pueden ser tratados con la combinación menos tóxica de carboplatino y etopósido. Se pueden usar otras combinaciones de medicamentos como parte de un estudio clínico o para ser tratado el cáncer que ha recurrido (regresado). Los cánceres de las células germinales pueden ocasionar niveles sanguíneos elevados de los marcadores tumorales de la gonadotropina coriónica humana (HCG) y/o de la alfafetoproteína (AFP). Si estos niveles están elevados antes de que comience el tratamiento, se verifican durante la quimioterapia (usualmente antes de cada ciclo). Si la quimioterapia está surtiendo efecto, los niveles bajarán a lo normal. Si, por el contrario, los niveles siguen elevados, esto puede ser un signo de que es necesario un tratamiento diferente.

Radioterapia: anteriormente, a menudo se usaba la radioterapia para el tratamiento de los disgerminomas. Sin embargo, los resultados que se obtienen con la quimioterapia combinada actual son tan buenos como los que solían obtenerse, o mejores. En el caso de las mujeres más jóvenes que desean mantener la posibilidad de quedar embarazadas en el futuro y a las que sólo se les ha extirpado un ovario, la quimioterapia resulta menos dañina para el ovario restante y tiene menos probabilidades de causar problemas para lograr el embarazo. Por esto, la radioterapia se usa con muy poca frecuencia como el tratamiento principal del disgerminoma.

En pocos casos puede administrarse la radiación además de la quimioterapia en el tratamiento de la enfermedad recurrente.

Disgerminoma en etapa IA

Si la disgerminoma está limitada a un solo ovario, la paciente podrá tratarse mediante la extirpación de ese ovario y de la trompa de Falopio del mismo lado, sin necesidad de someterse a quimioterapia después de la cirugía. Este enfoque requiere de un seguimiento cuidadoso para que cualquier recurrencia pueda descubrirse y tratarse a tiempo. En la mayoría de las pacientes con cáncer en esta etapa, la enfermedad no recurrirá y no necesitarán someterse a quimioterapia.

Teratoma inmaduro de grado 1

Un teratoma inmaduro de grado 1 está compuesto principalmente de tejido no canceroso, con sólo unas cuantas áreas cancerosas visibles que al examinarse microscópicamente resultan ser inmaduras (que parecen órganos fetales). Después de extirparse, estos tumores reaparecen sólo en muy raras ocasiones. Si mediante la cuidadosa clasificación del cáncer según su etapa se determinó que el teratoma inmaduro de grado 1 está limitado a un solo ovario, o a ambos ovarios, la paciente podrá tratarse mediante la extirpación del ovario o los ovarios que contengan el cáncer y de la trompa o las trompas de Falopio. Si hay implantes (depósitos de tumor) fuera del ovario, pero al examinarlos microscópicamente parecen estar maduros (parecen tejidos adultos), la quimioterapia no será necesaria

Tumores de células germinales recurrentes o persistentes

Los tumores recurrentes son los que vuelven a aparecer después del tratamiento inicial. Los tumores persistentes son los que nunca desaparecieron, ni siquiera después del tratamiento. Algunas veces los niveles sanguíneos elevados de los marcadores tumorales HCG y AFP serán el único signo de que el cáncer de células germinales sigue presente (o ha regresado).

El tratamiento de los tumores de células germinales recurrentes o persistentes puede incluir la quimioterapia o, en pocos casos, la radioterapia. Para la quimioterapia, se usa con más frecuencia una combinación de medicamentos. Se puede usar la combinación de medicamentos PEB (cisplatino, etopósido) y bleomicina) si la paciente no recibió esta combinación anteriormente. Se usan otras combinaciones en las pacientes que ya han sido tratadas con PEB, incluyendo paclitaxel (Taxol), ifosfamida y cisplatino (TIP), una combinación llamada VeIP (vinblastina, ifosfamida y cisplatino), la combinación de etopósido (o VP-16), ifosfamida y cisplatino (llamada VIP), y muchas otras. Para el cáncer de células germinales recurrente o persistente, un estudio clínico para nuevos tratamientos puede ofrecer ventajas importantes. Pregúntele al equipo de profesionales que atiende el cáncer sobre los estudios clínicos adecuados para su tipo de cáncer.


Tratamiento de tumores estromales de ovario

Los tumores estromales se originan en las células de tejido conectivo, las cuales dan forma al ovario y producen las hormonas. Las células de los tumores estromales a menudo producen estrógeno y progesterona (hormonas femeninas) y con menos frecuencia producen andrógenos (hormonas masculinas). Los tumores de células germinales y los epiteliales son más comunes que los tumores estromales.

Cirugía

La mayoría de los tumores estromales están confinados en el ovario y se curan con cirugía para extirpar el ovario que contiene el tumor. Al otro ovario se le hace una biopsia si el médico tiene la sospecha contundente de que el cáncer también está en este lugar. Los tumores estromales rara vez se propagan más allá del ovario. Si esto ocurre, el tratamiento quirúrgico incluye extirpar el ovario afectado y tanto tumor como sea posible (exéresis máxima).

Quimioterapia

La quimioterapia es una opción de tratamiento para los cánceres de células estromales que se han propagado fuera del ovario (etapas II, III y IV). También puede ser ofrecida a pacientes con tumores en etapa I de alto riesgo, lo que incluye a tumores muy grandes (al menos de 10 cm a 15 cm), tumores en los que ha habido una ruptura, y tumores de alto grado. Sin embargo, a menudo se recomienda observación sin quimioterapia ya que estos tumores con frecuencia no responden a la quimioterapia tan bien como lo hacen los cánceres ováricos epiteliales. Los cánceres de células estromales pueden ser tratados con la misma quimioterapia que se usa para los cánceres de células germinales. También se usa la combinación de carboplatino y paclitaxel (Taxol).

Radioterapia

La radioterapia puede ser útil para el tratamiento de la enfermedad avanzada cuando está limitada a un área específica.

Terapia hormonal

La leuprolida (Lupron) es un medicamento que desactiva la señal natural que le indica a los ovarios que produzcan estrógeno. Algunas veces esta señal anima a los tumores estromales a crecer, por lo que detener esta señal puede inhibir el crecimiento del tumor. El medicamento tamoxifeno, el cual actúa como un anti-estrógeno, también ha ayudado a algunas mujeres con cánceres de células estromales. Por lo general, la terapia hormonal se usa solamente para tumores estromales que han regresado después del tratamiento.


Tratamiento de los tumores estromales por etapa



Etapa I

Todos los tumores en etapa I se tratan con cirugía. La mayoría de las pacientes con tumores en etapa I son observadas cuidadosamente después de la operación y no requieren tratamiento adicional. Algunos tumores en etapa I tienen una tendencia mayor a regresar después de la cirugía. Se dice que estos cánceres son de alto riesgo para recurrencia. Las características que hacen a un tumor de etapa I en uno de alto riesgo incluyen tumores muy grandes, tumores en los que el quiste se reventó y tumores pobremente diferenciados (también llamados tumores de alto grado, las células cancerosas no se parecen mucho al tejido normal cuando se examina bajo un microscopio). Las pacientes con cánceres estromales de etapa I en alto riesgo tienen tres opciones después de la cirugía: observación (ser observadas minuciosamente), quimioterapia o (rara vez) radioterapia.

Etapas II, III y IV

Después de la cirugía para determinar la etapa del cáncer y la exéresis máxima, por lo general se administra quimioterapia. En raras ocasiones, la radioterapia también es una opción.

Recaída/recurrencia

Los cánceres de células estromales pueden regresar años después, pero aun así, su pronóstico sigue siendo bastante bueno por lo lento de su crecimiento. Se puede repetir la cirugía. Para el tratamiento de la recaída, no se puede usar ningún régimen de quimioterapia para tratamiento inicial. La terapia hormonal también es una opción para tratar la recurrencia. Debido a que en realidad no existe un tratamiento convencional para el cáncer estromal recurrente, el tratamiento como parte de un estudio clínico también es una buena opción. Algunas veces, la radioterapia puede ser útil para el cáncer recurrente.

Para los tumores que producen hormonas, se pueden vigilar los niveles hormonales después de la cirugía para cotejar un aumento en los niveles en la sangre que podría sugerir el regreso del tumor. También se puede cotejar la inhibina sérica en los tumores que segregan estrógeno.



Información adicional sobre tratamiento

Para más detalles sobre las opciones de tratamiento, incluyendo algunas que no pudieran estar disponibles en este documento, el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) provee guías de tratamiento a través de su centro de información (1-800-4-CANCER) y su página Web (www.cancer.gov). También están disponibles guías detalladas preparadas para los profesionales de atención del cáncer en www.cancer.gov.


¿Qué debe preguntar a su médico sobre el cáncer del ovario?

Es importante que tenga una discusión sincera y franca con su equipo de atención del cáncer. Ellos quieren responder todas sus preguntas, sin importar lo insignificantes que éstas le parezcan. Estas son algunas de las preguntas que debe considerar:


  • ¿Qué tipo de cáncer del ovario padezco?
  • ¿Se me ha propagado el cáncer más allá de los ovarios?
  • ¿Cuál es el tipo de células, grado microscópico y etapa del cáncer que padezco? ¿Qué significa esta etapa en mi caso?
  • ¿Qué tratamientos son apropiados para mí? ¿Qué recomienda? ¿Por qué?
  • ¿Cuáles son los riesgos o efectos secundarios que debo esperar?
  • ¿Qué probabilidades hay de que se produzca una recurrencia (reaparición) de mi cáncer con los programas de tratamiento que hemos discutido?
  • ¿Qué debo hacer para estar listo para el tratamiento?
  • ¿Debo hacer una dieta especial?
  • ¿Podré tener hijos después del tratamiento?
  • ¿Cuál es la expectativa de supervivencia esperada en base a cómo se ve mi cáncer?
  • ¿Necesitaré una peluca?
  • ¿Qué debo decirles a mis hijos, a mi esposo, a mis padres y a los demás miembros de la familia?

Además de estos ejemplos de preguntas, asegúrese de escribir las que usted desee hacer. Por ejemplo, usted pudiera necesitar información específica acerca del tiempo de recuperación previsto para poder planificar su programa de trabajo. También se aconseja preguntar sobre segundas opiniones o sobre programas experimentales o estudios clínicos en los que pueda participar.


¿Qué sucede después del tratamiento contra el cáncer del ovario?

Completar el tratamiento puede causar tanto estrés como entusiasmo. Usted sentirá alivio de haber completado el tratamiento, aunque aún resulte difícil no sentir preocupación sobre el regreso del cáncer, lo que se conoce como recurrencia. Ésta es una preocupación muy común entre las personas que han tenido cáncer.

Es posible que pase un tiempo antes de que la confianza en su propia recuperación comience a sentirse real y que sus miedos sean un tanto aliviados. Incluso sin recurrencias, las personas que han tenido cáncer aprenden a vivir con la incertidumbre.


Atención de seguimiento

Después de completar el tratamiento es muy importante acudir a todas las citas de seguimiento. Durante estas visitas, sus médicos preguntarán si tiene síntomas, harán exámenes físicos y requerirán que se realicen análisis de sangre o estudios por imágenes, tal como CT o radiografías. La atención de seguimiento es necesaria para determinar si hay recurrencia o propagación del cáncer, así como posibles efectos secundarios de ciertos tratamientos. Éste es el momento de hacerle cualquier pregunta al equipo de atención médica, así como hablarle sobre cualquier inquietud que pudiera tener.

Casi todos los tratamientos del cáncer tienen efectos secundarios. Algunos pueden durar de algunas semanas a varios meses, aunque otros pueden ser permanentes. No dude en hablar con el equipo de atención del cáncer sobre cualquier síntoma o efecto secundario que le cause molestia para que le puedan ayudar a tratarlo.

También es importante mantener un seguro médico. Aunque nadie quiere pensar que su cáncer puede regresar, esto siempre es una posibilidad. Si ocurre, lo que menos necesita es preocuparse sobre el pago del tratamiento.

Por lo general, el seguimiento para el cáncer del ovario incluye un examen físico general y minucioso, así como pruebas sanguíneas para marcadores tumorales que ayudan a reconocer la recurrencia. La opción de cuáles pruebas sanguíneas para el nivel del marcador tumoral se deben verificar depende del tipo de cáncer que tiene la mujer. El CA-125 es el marcador tumoral que se usa para hacer el seguimiento de las mujeres con cáncer ovárico epitelial. Para las mujeres con tumores de células germinales se hacen pruebas sanguíneas para detectar la alfafetoproteína (AFP) y/o la gonadotropina coriónica humana (HCG). Algunas veces resulta útil verificar los niveles de hormonas, como estrógeno, testosterona y inhibina, para las mujeres con cánceres estromales.


Visita a un médico nuevo

En cierto momento, después del diagnóstico y tratamiento del cáncer, es posible que tenga que visitar a un médico nuevo. Es posible que su médico original se haya mudado o jubilado, o tal vez usted se mudó o cambió de médico por alguna razón. Es importante que proporcione a su médico nuevo los detalles exactos de su diagnóstico y tratamiento. Asegúrese de tener a la mano la siguiente información:


  • Una copia del informe de patología de cualquier biopsia o cirugía.
  • Si se sometió a una cirugía, una copia del reporte del procedimiento.
  • Si se le admitió en el hospital, una copia del resumen al alta que todos los médicos deben preparar cuando envían al paciente a su casa.
  • Y finalmente, como algunos medicamentos de tratamiento para el cáncer tienen efectos secundarios a largo plazo, una lista de sus medicamentos (particularmente cualquier medicamento de quimioterapia), las dosis y el horario en que los toma.


Cambios del estilo de vida durante y después del tratamiento

El cáncer y su tratamiento pueden requerir mucho de su tiempo y agotarle emocionalmente, pero también es una oportunidad para que vea su vida bajo otra perspectiva. Tal vez piense en maneras de mejorar su salud a largo plazo. Algunas personas comienzan a hacerlo durante el tratamiento del cáncer.


Tome decisiones saludables

Piense en su vida antes de que se enterara que tenía cáncer. ¿Hacía cosas que afectaban negativamente su salud? Tal vez bebía demasiado, o comía en exceso, o fumaba o no hacia ejercicio con frecuencia. Emocionalmente, tal vez se guardaba sus sentimientos, o permitía que los factores estresantes le afectaran por demasiado tiempo.

Ahora no es el momento de sentirse culpable o culparse. El día de hoy puede comenzar a hacer cambios que puedan tener buenos efectos durante el resto de su vida. Se sentirá mejor y además estará más sano. ¿Qué mejor momento que ahora para aprovechar la motivación que tiene como resultado de pasar por una experiencia que altera la vida como tener cáncer?

Puede comenzar abordando los problemas que más le preocupan. Busque ayuda en el caso de aquellos que son difíciles para usted. Por ejemplo, si está considerando dejar de fumar y necesita ayuda, llame a nuestra línea para dejar de fumar al 1-800-227-2345.


Alimentación y nutrición

Una buena alimentación puede ser difícil para todos, pero puede volverse aún más difícil durante y después del tratamiento del cáncer. Por ejemplo, el tratamiento puede cambiar su sentido del gusto. Las náuseas pueden convertirse en un problema. Tal vez pierda el apetito por un tiempo y pierda peso cuando no lo desea. Por otro lado, algunas personas aumentan de peso aunque no coman más. Esto también puede ser frustrante.

Si está perdiendo peso o tiene problemas con el sentido del gusto durante el tratamiento, coma lo mejor que pueda y recuerde que estos problemas se resolverán eventualmente. Puede preguntar a su equipo de atención del cáncer que le refiera un dietista, que es un experto en nutrición que le puede dar ideas para combatir algunos de los efectos secundarios de su tratamiento. También puede descubrir que es útil comer porciones más pequeñas cada dos o tres horas hasta que se sienta mejor y pueda reanudar un horario más normal.

Una de las mejores cosas que puede hacer después del tratamiento es adoptar hábitos saludables de alimentación. Se sorprenderá de los beneficios a largo plazo de algunos cambios simples, como el aumento de la variedad de alimentos saludables que consume. Trate de comer cinco o más porciones de vegetales y frutas al día. Seleccione alimentos de granos integrales en lugar de harina blanca y azúcares. Trate de limitar las carnes con alto contenido de grasa. Reduzca el consumo de carnes procesadas como salchichas para perritos calientes, mortadela de Bolonia y tocino. Si puede hacerlo evítelas definitivamente. Si bebe alcohol, limite su consumo a uno o dos tragos al día como máximo. Y no se le olvide hacer algún tipo de ejercicio regular. Una buena alimentación y el ejercicio regular le ayudarán a mantener un peso saludable y le darán más energía.


Descanso, cansancio, trabajo y ejercicio

El cansancio es un síntoma muy común en las personas que están recibiendo tratamiento del cáncer. Esto con frecuencia no es un tipo de cansancio normal, sino un agotamiento “hasta los huesos” que no mejora con el descanso. En el caso de algunas personas, este cansancio dura mucho tiempo después del tratamiento, y puede obstaculizarles que se vuelvan activos.

Sin embargo, el ejercicio puede ayudarle a reducir el cansancio. Los estudios han mostrado que los pacientes que siguen un programa de ejercicios adecuado a sus necesidades personales se sienten mejor física y emocionalmente y se pueden enfrentar mejor a la enfermedad.

Si está enfermo y necesita guardar cama durante el tratamiento, es normal esperar que su forma física, resistencia y fuerza muscular disminuyan hasta cierto grado. La terapia física puede ayudarle a conservar la fuerza muscular y el rango de movimiento de sus músculos, lo que a su vez puede ayudarle a combatir el cansancio y ese sentimiento de depresión que algunas veces surge al estar tan cansado.

Cualquier programa de actividad física debe ajustarse a su propia situación. Una persona de edad mayor que nunca ha hecho ejercicio no podrá hacer el mismo nivel de ejercicio que una persona de 20 años de edad que juega tenis tres veces a la semana. Si no ha sido activo durante varios años, pero aún le es fácil moverse, puede considerar tomar paseos cortos.

Hable con su equipo de atención médica antes de comenzar y pídales su opinión acerca de planes de ejercicios. Y trate de encontrar un compañero con quien hacer ejercicio para que no lo haga solo. La participación de familiares y amigos en un nuevo programa de ejercicios puede darle ese impulso adicional de apoyo que le permita seguir cuando no tiene la motivación necesaria.

Sin embargo, si se siente muy cansado, debe asegurarse de equilibrar la actividad con el descanso. Está bien descansar cuando lo necesita. Para algunas personas es difícil permitirse descansar cuando acostumbraban a trabajar todo el día o cuidar una familia. Para más información sobre el cansancio, consulte la publicación, “Cansancio y anemia asociados con el cáncer - Guías de tratamiento para los pacientes”.

El ejercicio puede mejorar su salud física y emocional.


  • Mejora su acondicionamiento cardiovascular (corazón y circulación).
  • Fortalece sus músculos.
  • Reduce el cansancio.
  • Reduce la ansiedad y la depresión.
  • Le hace sentir generalmente más feliz.
  • Le ayuda a sentirse mejor consigo mismo.

Y sabemos que a largo plazo el ejercicio desempeña un papel en el bloqueo de algunos tipos de cáncer. La Sociedad Americana del Cáncer, en sus guías de actividades físicas para la prevención del cáncer, recomienda que los adultos participen en al menos una actividad física durante 30 minutos o más cinco días a la semana o más. Los niños y los adolescentes deben tratar de realizar una actividad física vigorosa al menos 60 minutos al día, cinco días a la semana como mínimo


Su salud emocional

Cuando termine su tratamiento es posible que se sienta abrumado con sus emociones. Muchas personas experimentan esto. Tal vez pasó por tantas cosas durante su tratamiento que sólo se podía enfocar en terminarlo.

Ahora puede descubrir que piensa sobre la posibilidad de su propia muerte o el efecto de su cáncer en su familia, amigos y profesión. Tal vez comience a reevaluar en sus relaciones con su cónyuge o compañero. También pueden preocuparle problemas inesperados, por ejemplo, conforme recupera la salud y visita menos al médico, verá a su equipo médico con menos frecuencia. Para algunas personas esto es una fuente de ansiedad.

Éste es un momento ideal para buscar apoyo emocional y social. Necesita personas a quienes acudir para pedir fuerza y consuelo. Puede recibir apoyo en muchas maneras: familiares, amigos, grupos de apoyo para pacientes de cáncer, la iglesia o grupos espirituales, comunidades de apoyo en línea o consejeros individuales.

Casi todas las personas que han pasado por la experiencia del cáncer pueden beneficiarse de algún tipo de apoyo. Lo que es mejor para usted depende de su situación y de su personalidad. Algunas personas se sienten seguras en grupos de apoyo de compañeros o en grupos educativos. Otras personas pudieran preferir hablar en un entorno informal, tal como en una iglesia, mientras que otras pueden sentirse más cómodos hablando directamente con un amigo de confianza o un consejero. Cualquiera que sea su fuente de fortaleza o consuelo, asegúrese de que tiene un lugar a dónde acudir con sus inquietudes.

La experiencia de enfrentarse al cáncer puede causar que se sienta muy solo. No es necesario ni realista que quiera hacerlo usted solo. Si decide excluir a sus familiares y amigos, es posible que se sientan relegados. Permítales participar… e incluya a aquellas personas que le pueden ayudar. Si no está seguro quién puede ayudar, llame a su Sociedad Americana del Cáncer al 1-800-227-2345 y le pondremos en contacto con un grupo o recurso de apoyo apropiado.

Usted no puede cambiar el hecho de que ha tenido cáncer. Lo que sí puede cambiar es la manera en que vivirá el resto de su vida: tomando decisiones saludables y adoptando sentimientos saludables, física y emocionalmente, tanto como sea posible.


¿Qué sucede si el tratamiento ya no es eficaz?

Si el cáncer continúa creciendo después de un tipo de tratamiento, o si regresa, a menudo es posible probar otro plan de tratamiento que pudiera seguir curando el cáncer, o por lo menos reducir el tamaño de los tumores lo suficiente como para ayudarle a vivir más tiempo y hacerle sentir mejor. Por otro lado, cuando una persona recibe varios tipos de tratamientos médicos y el cáncer no se cura, con el tiempo el cáncer se vuelve resistente a todo tratamiento. En ese momento, resulta importante sopesar el posible beneficio limitado de un nuevo tratamiento y las posibles desventajas, incluyendo las visitas continuas al doctor y los efectos secundarios del tratamiento.

Cada persona tiene su propia manera de pensar respecto a esto. Algunas personas quizás deseen enfocarse en mantenerse cómodas durante el tiempo limitado que les queda.

Cuando llegue el momento en el que usted ha tratado todos los tratamientos médicos, pero éstos simplemente ya no son eficaces, probablemente éste sea el momento más difícil en su lucha contra el cáncer. Aunque su médico puede ofrecerle un tratamiento médico, necesita considerar que en cierto punto, la continuación del tratamiento probablemente no mejorará su salud ni cambiará su pronóstico ni su supervivencia.

Si desea continuar su tratamiento para combatir el cáncer tanto como pueda, aún necesita considerar las probabilidades de que un tratamiento adicional le proporcione beneficios. En muchos casos, su médico puede calcular la tasa de respuesta del tratamiento que usted está considerando. Muchas personas se sienten motivadas a intentar más quimioterapia o radiación, aunque los médicos les digan que las probabilidades de recibir beneficios son menores de un 1 %. En esta situación, necesita pensar y entender las razones por las cuales usted está eligiendo este plan.

Independientemente de lo que decida, es importante que esté tan cómodo como sea posible. Asegúrese de pedir y de recibir tratamiento para los síntomas que pueda tener, como dolor. Este tipo de tratamiento se denomina tratamiento “paliativo”.

El tratamiento paliativo ayuda a aliviar estos síntomas, pero no se espera que cure la enfermedad; su principal propósito es mejorar la calidad de su vida. Algunas veces los tratamientos que recibe para controlar sus síntomas son similares a los usados para tratar el cáncer. Por ejemplo, se puede administrar radioterapia para ayudar a aliviar el dolor de huesos provocado por la metástasis ósea. O se le puede administrar quimioterapia para ayudar a reducir el tamaño de un tumor y evitar que cause una obstrucción intestinal. Pero esto no es lo mismo que recibir tratamiento para tratar de curar el cáncer.

En cierto momento, es posible que se beneficie de la atención para enfermos terminales. La mayoría de las veces esta atención se proporcionar en casa. Es posible que su cáncer cause síntomas o problemas que requieren atención, y la atención para enfermos terminales se concentra en su comodidad. Usted debe saber que la atención de hospicio no significa que no pueda recibir tratamiento para los problemas causados por su cáncer u otras condiciones de salud. Sólo significa que el enfoque de su atención es que viva la vida tan plenamente como sea posible y que se sienta tan bien como pueda en esta etapa difícil de su cáncer.

También recuerde que es importante no perder la esperanza. La esperanza de una cura puede que ahora no sea tan profunda, pero sigue habiendo esperanza de que pueda pasar momentos buenos con sus familiares y amigos, momentos que estarán llenos de felicidad y significado. En cierta manera, hacer una pausa en este momento en su tratamiento del cáncer puede darle la oportunidad de reenfocarse en las cosas importantes de su vida. Éste es el momento para hacer algunas cosas que usted siempre deseaba hacer y dejar de hacer aquéllas que ya no desea.


¿Qué hay de nuevo en la investigación y el tratamiento del cáncer del ovario?

Factores de riesgo y causas

Los científicos continúan estudiando los genes responsables del cáncer familiar del ovario. Esta investigación está empezando a proveer indicios sobre la función normal de estos genes y cómo al alterarse su acción se puede ocasionar cáncer. Se espera que con el tiempo esta información dé lugar a nuevos medicamentos para prevenir y tratar el cáncer familiar del ovario.

Por el momento, la investigación en esta área ya ha proporcionado mejores formas de detectar genes de alto riesgo y de evaluar el riesgo de cáncer del ovario que puede tener una mujer. Entender mejor cómo es que los factores genéticos y hormonales (como el uso de anticonceptivos orales) interaccionan también puede dar lugar a mejores formas de prevenir el cáncer del ovario.
Prevención

Se ha aplicado nueva información sobre la medida en que las mutaciones de los genes BRCA1 y BRCA2 aumentan el riesgo de cáncer del ovario para ayudar a las mujeres a tomar decisiones prácticas sobre la prevención. Por ejemplo, se han creado modelos matemáticos que ayudan a calcular cuántos años más podría vivir una mujer promedio que tiene una mutación BRCA si se le extirpan ambos ovarios a fin de prevenir la formación del cáncer. Sin embargo, es importante recordar que aunque los médicos pueden predecir el resultado promedio de un grupo de muchas mujeres, todavía es imposible predecir con precisión el resultado de una mujer en particular. Por ejemplo, se han creado modelos matemáticos que ayudan a calcular cuántos años más podría vivir una mujer promedio que tiene una mutación BRCA si se le extirpan ambos ovarios a fin de prevenir la formación del cáncer. Sin embargo, es importante recordar que aunque los médicos pueden predecir el resultado promedio de un grupo de muchas mujeres, todavía es imposible predecir con precisión el resultado de una mujer en particular.

En otros estudios se están probando nuevos medicamentos para reducir el riesgo de cáncer del ovario.

Los investigadores están buscando continuamente pistas, tales como el estilo de vida, la alimentación y los medicamentos, que pudieran alterar el riesgo de cáncer ovárico.


Detección temprana

El uso de métodos precisos para detectar tempranamente el cáncer del ovario podría afectar en gran medida el índice de curación. Los investigadores están probando nuevas maneras para detectar el cáncer del ovario en las mujeres, y se está estableciendo un depósito nacional de muestras de sangre y tejido de pacientes de cáncer del ovario para ayudar a realizar estos estudios. Uno de los métodos que se ha estado estudiando consiste en analizar el patrón de las proteínas en la sangre (proteómica) para detectar temprano el cáncer del ovario.

De vez en vez, los laboratorios farmacéuticos han comercializado pruebas para la detección temprana del cáncer ovárico que no han sido probadas. Debido a que estas pruebas no han demostrado detectar el cáncer en sus etapas iniciales, la FDA (Food and Drug Administration) ha indicado a estas compañías que dejen de vender estas pruebas. Hasta el momento, éste ha sido el caso con dos distintas pruebas que hacen seguimiento a los patrones proteínicos: OvaSure y OvaCheck. Ambas han sido retiradas del mercado por solicitud de la FDA.

Actualmente se están realizando dos estudios abarcadores de detección, uno en los Estados Unidos y el otro en Inglaterra. Ambos estudios analizan el uso de la prueba de sangre CA-125 junto con la ecografía del ovario (transvaginal) para detectar el cáncer del ovario. En algunas mujeres, estos estudios han encontrado cánceres temprano. Sin embargo, se desconoce si los pronósticos de estas mujeres han sido mejorados en comparación con mujeres que no se han hecho pruebas de detección.


Tratamiento

La investigación de tratamientos incluye probar el valor de los métodos disponibles actualmente, así como la creación de nuevos enfoques de tratamiento.

Se están estudiando continuamente nuevas combinaciones de quimioterapia que pueden ayudar con los cánceres que se resisten a los tratamientos actuales.

Para que los cánceres crezcan, los vasos sanguíneos tienen que desarrollarse para nutrir a las células cancerosas. Este proceso se llama angiogénesis. Se están creando medicamentos que son útiles para detener el crecimiento del cáncer al evitar la formación de nuevos vasos sanguíneos. Un medicamento, llamado bevacizumab (Avastin) ha podido encoger o disminuir el crecimiento de los cánceres del ovario avanzados. En general, el bevacizumab ha sido incluso más eficaz en otros cánceres cuando fue combinado con quimioterapia. Actualmente se están realizando estudios clínicos que prueban la eficacia del bevacizumab administrado junto con quimioterapia. Si usted tiene cáncer del ovario avanzado considere participar de este estudio.

Otras terapias dirigidas se han estado estudiando incluyendo los inhibidores de los factores de crecimiento, los cuales estimulan el crecimiento de las células cancerosas. Uno de esos inhibidores, llamado erlotinib ya ha sido probado. Aunque no ha sido muy eficaz por sí solo, los investigadores intentan combinarlo con quimioterapia con la esperanza de que se sea más eficaz.

Otro método es crear vacunas antitumorales que programan el sistema inmunitario para que pueda reconocer mejor las células cancerosas. Asimismo, se están creando anticuerpos que reconocen específicamente las células del cáncer del ovario y las atacan. Quizá algunos o todos estos métodos, junto con la quimioterapia, darán paso a curas para esta enfermedad.

La terapia de consolidación (tratamiento que sigue a la terapia de primera línea para prevenir la recurrencia) está bajo investigación en estudios clínicos. Algunos de estos estudios están usando quimioterapia, inhibidores del factor de crecimiento y anticuerpos monoclonales. Los anticuerpos monoclonales son como los anticuerpos que nuestros cuerpos producen para combatir las infecciones. Éstos, sin embargo, son producidos en el laboratorio y son dirigidos contra lugares específicos en la célula cancerosa. Se continúan realizando estudios sobre este particular.

Grupos de apoyo

Para mayor información y recursos, ver grupos de apoyo para el cáncer

Pronóstico

El cáncer de ovario raras veces se diagnostica en sus primeras etapas y, por lo general, está bastante avanzado al momento de hacerse el diagnóstico, lo cual ofrece a menudo un pronóstico desalentador.
Aproximadamente el 76% de las mujeres con cáncer ovárico sobreviven un año después del diagnóstico.
Aproximadamente el 45% vive por más de 5 años después del diagnóstico.
Si el diagnóstico se hace en las primeras etapas de la enfermedad y el tratamiento se recibe antes de que el cáncer se disemine por fuera del ovario, la tasa de supervivencia a 5 años es alrededor del 94%.

Complicaciones

Diseminación del cáncer a otros órganos
Pérdida de la función de órganos
Líquido en el abdomen (ascitis)
Obstrucción intestinal

Situaciones que requieren asistencia médica

Las mujeres de más de 40 años de edad que no se han realizado la citología vaginal y el examen pélvico recientemente deben consultar con el médico. Las citologías vaginales o pruebas de Papanicolaou y los exámenes pélvicos de rutina se recomiendan para todas las mujeres de más de 20 años de edad.
Igualmente, la persona debe consultar con el médico si tiene síntomas de cáncer ovárico.

Prevención

Se pueden reducir los riesgos generales realizando exámenes frecuentes de la pelvis. Las pruebas de detección para el cáncer ovárico siguen siendo un área de investigación activa. Hasta la fecha, no existe una prueba de detección económica de este tipo de cáncer, de manera que más del 50% de las mujeres con cáncer ovárico son diagnosticadas en las etapas avanzadas de la enfermedad.
La cirugía para extirpar los ovarios en las mujeres con una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2 reduce sustancialmente el riesgo de sufrir cáncer de ovario.

Referencias
American Cancer Society. Cancer Facts and Figures 2006. Atlanta, Ga: American Cancer Society; 2006.
Abeloff MD, Armitage JO, Niederhuber JE, Kastan MB, McKena WG. Clinical Oncology. 3rd ed. Orlando, Fl: Churchill Livingstone; 2004:2317.
MEDLINE. Enciclopedia Médica. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/encyclopedia.html 2007
American Cancer Society http://www.cancer.org/docroot/ESP/ 2008

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